lunes, 28 de julio de 2008

Sicilia MonReal Catedral Portal

Visitar Sicilia es en sí llevar a cabo una cadena de excursiones, cambiar sin cesar de alojamiento. Ahora bien, es posible igualmente partir de una ciudad. En el caso de elegir Palermo, la visita imprescindible es la de Monreale, cuya catedral, fundada por Guillermo II en 1174, ostenta una arquitectura que funde elementos bizantinos, árabes y normandos, lo que hace de ella una joya por su belleza y proporciones. En su exterior no hay decoración excepto en las tres ábsides, con arcos entrelazados y pequeñas columnas con capiteles y taraceas policromadas en lava y piedra calcárea. El interior revela su verdadera magnificencia por los mosaicos que recubren todas las paredes y crean una atmósfera solemne y elevada. Historias del Antiguo y Nuevo Testamento se extienden a lo largo de 6.430 metros presididas por el inmenso Pantocrátor de la mitad superior del ábside. Belleza y serenidad emanan de cada representación, entre las que destacan las de la creación del mundo.

TRANSPORTES.
Aunque hay trenes y autobuses, lo mejor es alquilar un coche con o sin autista, lo que facilitan los hoteles y las agencias. Las carreteras están en buenas condiciones y lo ideal es detenerse en lugares al azar e improvisar sobre la marcha. La isla depara sorpresas y rincones inesperados.

SERVICIOS.
El progresivo desarrollo del turismo, hace que los servicios: guías, taxis, etcétera no presenten dificultades. Los sicilianos, por su carácter abierto, convierten en alegre camaradería su compañía.

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